martes, 23 de octubre de 2012

Sobrero: "Todas las decisiones las toma Pedraza"


El dirigente ferroviario Rubén "Pollo" Sobrero aseguró ante el Tribunal Oral Criminal 21, que investiga el asesinato del joven militante del PO Mariano Ferreyra, que el detenido y líder de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, maneja de manera "vertical" el gremio y denunció que ese sindicato prefería tener tercerizados a sumar nuevos afiliados porque priorizaba el interés "empresario". Las querellas consideraron "clave" la declaración de Sobrero por la descripción del entramado político de la UF.

En su declaración, Sobrero recordó que antes del crimen de Ferreyra, durante una protesta de trabajadores tercerizados de la línea Roca, Pedraza evitar incorporar a los trabajadores flexibilizados a las filas del gremio, a excepción de una vez en la que llegó a un acuerdo con Claudio Cirigliano, ex-concesionario del ferrocarril Sarmiento y procesado por la Tragedia de Once, "porque a él le servía como empresario".

"Me consta la actitud que tuvieron contra los tercerizados. Cuando empieza el conflicto en el Roca el gremio gestiona aumentos de salarios para tercerizados que incluso eran de otro gremio, como la UOCRA, pero no el pase a planta permanente, aunque todos cumplían con funciones ferroviarias", resumió Sobrero.

A continuación, declaró Rubén Núñez, un empleado de la empresa de servicios de Seguridad Mapra SRl que hasta enero de 2011 estuvo contratada en el Roca. El 20 de octubre de 2010 tuvo como trabajo estar en la estación Avellaneda y luego siguió al grupo de ferroviarios que se había convocado para impedir el corte de vías por parte de los tercerizados. "Iban con piedras, palos y botellas en las manos, siguiendo a los manifestantes. Ahí me fui. Me la vi venir", contó el testigo sobre los miembros de la UF.

Por otra parte, el Tribunal Oral en lo Criminal 21 prorrogó hoy por seis meses más las prisiones preventivas de gran parte de los acusados, al cumplirse dos años de las detenciones sin que haya aún sentencia en su contra.

La decisión afectó a los acusados de haber sido los autores materiales de los disparos, Cristian Favale y Gabriel "Payaso" Sánchez, al delegado de la UF en el Roca Pablo Díaz y a Francisco Pipito, entre otros. La decisión no incluyó a Pedraza ni a su segundo en el gremio, Juan Carlos "Gallego" Fernández, porque ambos quedaron presos con posterioridad, en febrero de 2011.

jueves, 18 de octubre de 2012

Otro testigo señaló a Favale y Díaz


El empleado ferroviario Marcelo González afirmó que el detenido Cristian Favale fue el autor del disparo que mató al militante del Partido Obrero. El testigo aseguró haber escuchado al tirador gritar: "¿Viste que le di en la panza?". Además declaró que el delegado Pablo Díaz daba las órdenes a la patota de la Unión Ferroviaria.

"Yo lo ví al loco de mierda este, disculpe la expresión, pero es un loco de mierda, disparar y al chico agarrándose la panza", contó González al Tribunal Oral en lo Criminal 21 en referencia a Favale. Agregó que era conocido entre los ferroviarios y se decía que actuaba como "custodio" del delegado de la Unión Ferroviaria en el Roca, Pablo Díaz.

Otros testigos habían descripto ya a un hombre parecido a Favale como uno de los tiradores, pero González fue más directo: "Yo solo escuché las detonaciones de Favale, porque lo tenía al lado". Afirmó además que tras disparar, lo escuchó gritarle a Díaz: "¿Viste que le di en la panza?".

González recordó que el 20 de octubre de 2010 un delegado los convocó a la marcha a medida que llegaban a su trabajo y marcaba en una lista a quienes se sumaban para ir hacia Avellaneda, pero que él entendió que los llamaban para "hacer acto de presencia, no para tirar piedras ni bajar a las vías". Pero dijo que ya en el lugar, se toparon con el ahora detenido Díaz, quien comenzó a tratarlos de "cagones" porque no bajaban de las vías para agredir a los manifestantes. "Él era el de la idea de correrlos", explicó.

Tras un primer incidente de intercambio de piedrazos, del lado de Provincia, la marcha ingresó en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Barracas y allí fue cuando "de repente llegó un grupo" al que en un primer momento confundió con más militantes del PO porque no estaban vestidos como ferroviarios. "Venían eufóricos", recordó. Entonces reconoció entre ellos a Favale. "Estaba todo el tiempo atrás de Pablo Diaz", explicó.

"Cuando llegó ese grupo, Pablo Díaz insistió más con que bajásemos" y como ellos intentaban no hacerlo les gritó "bajen, manga de cagones" y entonces bajaron. González explicó que para ese momento los manifestantes ya estaban lejos de ellos, a unas tres cuadras de distancia por lo cual tuvieron que correr hasta alcanzarlos. "La idea era correrlos para que se asusten", aseguró.

El testigo tenía un ladrillo en la mano, pero lo soltó cuando escuchó que se iniciaba "otra pelea". "Corrí y mientras retrocedo, lo vi patente, uno de los chicos del PO se agarró la panza y se tiró para atrás, yo después me entero que el chico este era Mariano", manifestó. El ferroviario relató que todos se fueron del lugar sin que la policía intentara detenerlos y que al día siguiente volvieron a trabajar de manera habitual pero "era un silencio total, la gente estaba asustada".

Agregó además que otro trabajador le contó que alguien le había "usado el hombro" para apoyarse y disparar pero que no había llegado a ver de quién se trataba. También relató que la empresa por primera vez los sancionó por haber ido a un acto de este tipo en horario laboral, algo que nunca había pasado con UGOFE. "Soy una persona de bien. No soy un asesino", concluyó.

Por el crimen son juzgados el titular de la Unión Ferroviaria José Pedraza, su segundo Juan Carlos "Gallego" Fernández, el delegado Pablo Díaz, Favale y los demás acusados de haber integrado la patota que ese día atacó con armas de fuego a los manifestantes que reclamaban por el pase a planta permanente de trabajadores tercerizados del ex ferrocarril Roca. Además son juzgados policías federales por haber supuestamente liberado la zona del barrio porteño de Barracas donde ocurrió el ataque.

martes, 16 de octubre de 2012

Dos testigos complicaron aún más a Pedraza


La situación del detenido líder de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, se complica cada vez más en el juicio por el asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra. En una nueva jornada del proceso oral, dos testigos volvieron a vincularlo con una de las cooperativas contratadas por la Ugofe para brindar servicios en los ferrocarriles. En tanto, hoy estaría prevista la declaración del testigo Alfonso Severo, quien debía hacerlo el 3 de octubre, pero fue secuestrado durante 24 horas. 

En la audiencia de ayer, el testigo Roberto Menón dijo que “Silvia Coria estaba al frente de la cooperativa Unión del Mercosur”, en alusión a la cuñada de Pedraza. Ante los jueces explicó que “realizaba trabajos como contador para tres cooperativas que luego fueron absorbidas por el Belgrano Cargas”, que también lo contrató a él. Y agregó que “hasta que esto ocurrió concurría para los trabajos contables a San José 583, un edificio que pertenece a la esposa de Pedraza y donde se llevaba la contabilidad de las cooperativas que supuestamente no dependían del gremio ferroviario, cuyos afiliados son de planta permanente de los ferrocarriles”. Además detalló que Unión del Mercosur tenía en su directorio a gremialistas de la UF, que un sobrino de Pedraza, Maximiliano, era administrativo y que el actual contador del gremio y vicepresidente del Belgrano Cargas, Angel Stafforini, también era “asesor” de esas cooperativas. Stafforini está procesado en otra causa por supuesto ofrecimiento de sobornos a jueces de la Cámara de Casación para obtener las excarcelaciones de los detenidos por el crimen de Ferreyra.

Otro testigo, Eduardo Pereyra, miembro de la gerencia de Ugofe Roca, también aludió a la cooperativa vinculada con Pedraza. Y afirmó que los reclamos de los trabajadores tercerizados de esas cooperativas llegaban a la gerencia de la Ugofe por una “vía independiente” que no era el gremio ferroviario y que no pasaban a planta permanente porque la Secretaría de Transporte de la Nación no lo autorizaba, al menos hasta 2010, cuando fue asesinado Ferreyra.

El Tribunal Oral 21 citó a Severo, ex gerente de la empresa Ferrobaires, para las 10 en los tribunales federales de Retiro, en medio de rigurosas medidas de seguridad que incluyen su custodia por parte de la Gendarmería. Severo se había presentado en forma espontánea ante la Justicia un día después de la muerte de Ferreyra para relatar que la UF planeó el ataque a los tercerizados y que en sus oficinas había armas. Después de sufrir un secuestro, afirmó que tenía más elementos para aportar sobre la vinculación entre la UF, Ugofe, Ferrobaires y hombres del duhaldismo en el armado de una organización de negocios y patotas.

viernes, 12 de octubre de 2012

El testigo Alfonso Severo citado para la próxima semana


El ex empleado de Ferrobaires que estuvo desaparecido durante 24 horas no será sometido a una pericia psiquiátrica. Así lo dispuso el Tribunal Oral Criminal, que no precisó el día exacto en que declarará. Ayer se tomaron otros testimonios.

Por Ailín Bullentini
El ex empleado de la empresa Ferrobaires que estuvo desaparecido 24 horas hace una semana, Alfonso Severo, será citado a declarar la semana próxima en el juicio que se le sigue al titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, y a otros miembros de ese gremio por el crimen de Mariano Ferreyra y las heridas a otros militantes del Partido Obrero. Así lo determinó el presidente del Tribunal Oral Criminal porteño Nº 21, Horacio Díaz, que sin especificar el día exacto en el que será citado a declarar Severo comunicó el rechazo del cuerpo judicial a someterlo a una pericia psiquiátrica, tal como lo había solicitado la defensa del ex secretario administrativo de la UF Juan Carlos “Gallego” Fernández, acusado de instigador del hecho. El testimonio de un trabajador ferroviario que complicó la situación de los gremialistas acusados y el de una funcionaria de la UF que sembró dudas en la estrategia de defensa de sus compañeros sindicales fueron las novedades fuertes de la jornada.

El TOC comunicó el rechazo a someter a Severo a una pericia psiquiátrica, pero no clausuró esa posibilidad. Según lo expuesto en instrucción, Severo podría aportar datos que complicarían a los gremialistas acusados, como la existencia de armas guardadas en galpones de la Unión Ferroviaria.

El guarda-tren de la estación de Llavallol, Jorge Hospital, se sentó en el banco de los testigos luego de un cruce, algo ya habitual en el juicio por la muerte de Ferreyra, entre la defensa del Gallego Fernández, las querellas y el Tribunal. Miembro de la lista Gris de la Unión Ferroviaria, opuesta a la Verde de Pedraza, aportó algunos detalles acerca del comportamiento habitual de los acusados en su lugar de trabajo. Por ejemplo, aseguró que un compañero de trabajo le contó que Gabriel “Payaso” Sánchez, detenido y sospechado de “tirador”, lo apuntó con un arma de fuego un día en la sala de guardas, cuando “jugaban al metegol”.

“Me dijeron que hacían ostentación de armas en Constitución y más de una vez, y un compañero me refirió que a él le apuntó Sánchez con un arma de fuego en forma risueña cuando jugaban al metegol en una sala de guardas y extrajo un arma como chanza”, narró. En cuanto a Pedraza –quien se dio vuelta varias veces durante la audiencia para saludar a sus familiares–, el guarda-tren informó que “maneja el gremio con autoridad ejercida a través de Juan Carlos Fernández del Roca, y éste a través de delegados como Pablo Díaz”, ambos detenidos y acusados en el juicio. Por último reconoció a varios de los acusados en fotografías del día de la agresión a los tercerizados del Roca que les fueron exhibidas durante su testimonio. En ellas también identificó al jefe del departamento de Transporte del Roca, Héctor Hourcade.

En cuanto al funcionamiento de la Unión Ferroviaria y su peso dentro del mecanismo empresarial de los ferrocarriles, Hospital coincidió con lo que mencionaron otros testigos en el juicio, al calificar al gremio como una “oficina de personal” en la que se manejaban los nuevos ingresos como ascensos, y los cambios de turno debían negociarse con el gremio y no con directivos de la empresa.

Luego llegó el turno de la secretaria de Relaciones Internacionales de la Unión Ferroviaria, ex integrante de la comisión de Reclamos del Roca y ex boletera de esa línea de trenes, Karina Benemérito, una testigo de las defensas de los gremialistas que, no obstante, mostró debilidad en varias de sus respuestas. Plagada de “no recuerdo”, su versión de los hechos cuenta que, el 20 de octubre de 2010, el Gallego Fernández y Pedraza participaron de un congreso de una revista ferroviaria llamada Latin Rieles, en el que ella también estuvo; que el congreso duró aproximadamente entre las 9.30 y las 16, y que “después del mediodía” comenzaron a “recibir llamadas para saber por el corte de vías”. También asintió –frente a una pregunta de la acusación– que participó de una reunión realizada días después del 20 de octubre en el club Almirante Brown de Adrogué entre Díaz y los delegados Claudio Alcorcel y Daniel González –acusado–, entre otros. “Nos juntamos a hablar de lo que estaba pasando y de lo que íbamos a hacer.” Ante la consulta de por qué lo hicieron en el club y no en la UF, donde todos trabajaban, respondió que el Brown era “un punto neutral”.

Los registros de llamadas telefónicas –una de las pruebas principales sobre las que está basada la acusación del juicio– fueron, también, un elemento que sirvió a la fiscalía y a las querellas para poner a prueba la fortaleza del testimonio de Benemérito. Ante la presión, reconoció que desde la mañana mantuvo contacto telefónico con Díaz, que estaba en el corte de vías. También reveló que Fernández le había dado sus teléfonos mientras estuvo en el escenario, entre las 9.30 y las 11 de aquel día, y que fue ella, desde esos aparatos, que se comunicó con Díaz en tres oportunidades, según consta en los registros. “Juan me pidió que le pregunte si ya estaba viniendo”, se escudó, nerviosa. Antes de culminar su testimonio, la querella de los heridos y la fiscalía marcaron estas contradicciones ante el Tribunal, que las tomó en cuenta.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Testigo complica aún más a los dirigentes de la Unión Ferroviaria


“Guardaban armas en la empresa Ferrobaires”

En el juicio por el asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, ayer una testigo declaró que los activistas de la Unión Ferroviaria “guardaban armas dentro de la empresa Ferrobaires, en la estación Constitución”. Tras identificar a varios de los miembros de la patota de ese sindicato acusados del crimen, Andrea Noemí Yulis afirmó que fueron los mismos que balearon la casa del testigo Alfonso Severo, un día después del homicidio de Ferreyra. “Es gente que responde a (Alberto) Trezza, (José) Pedraza y (Juan Carlos) Fernández”, dijo en alusión al ex funcionario duhaldista, al titular de la UF y a su segundo, respectivamente. Además, una compañera de militancia relató los últimos momentos del joven asesinado, y la defensa de uno de los acusados pidió una pericia psiquiátrica para Alfonso Severo.

Yulis, vecina del barrio ferroviario lindante con la estación Constitución, precisó que las armas eran guardadas en el sector de encomienda, donde hay un gimnasio, y sostuvo que en ese lugar vio a Cristian Favale, acusado de dispararle a Ferreyra, “dos o tres veces un mes antes del hecho”. La mujer, ex esposa de un ferroviario, reiteró ante el tribunal la declaración espontánea que había hecho ante efectivos de la Gendarmería cuando, un día después del crimen, requisaron la vivienda de un vecino donde se sospechaba que podrían encontrarse pruebas del asesinato. “A las armas las sacaron anoche, hubo movimientos”, les había dicho Yulis. También Severo, el testigo que estuvo desaparecido durante 24 horas la semana pasada, había afirmado que había armas en la UF y Ferrobaires, pero cuando los investigadores fueron a buscarlas no las encontraron en los lugares señalados por él. Durante la pesquisa sí se hallaron armas calibre 40 y 45 en otras dependencias de la UF.

La testigo acusó a Héctor Carruega, Norberto Saldaña, Daniel Heesf y otros empleados de Ferrobaires, a los que definió como “un grupo de delincuentes” que vinculó a las armas que estaban en Constitución, y dijo que ese grupo respondía a Alberto Trezza, ex titular de Ferrobaires y empresario vinculado con el ex presidente Eduardo Duhalde, mencionado también por Severo como posible responsable de su secuestro. Yulis también vinculó a este grupo con Alejandro Benítez, un ferroviario que es testigo protegido en el juicio y que declaró contra los acusados. “Alejandro es de la Lista Verde (de Pedraza) y aquel día iba al frente con una mochila”, aseguró. Y dijo haber reconocido en los videos “a una de las hijas de Carruega y al yerno”.

En la audiencia de ayer también declaró Nancy Arancibia Jaramillo, compañera de militancia de Ferreyra. Dijo que aquel 20 de octubre de 2010 aseguró haber visto “a dos policías” disparando armas de fuego. “Esas sí que eran balas de verdad porque salía fuego –contó–; era impresionante cómo tiraban.”

jueves, 4 de octubre de 2012

Intensa movilización y apareció con vida Alfonso Severo


Apareció con vida el testigo clave del caso Ferreyra

Alfonso Severo fue hallado en una remisería de Gerli, hasta la que llegó golpeado y maniatado. Ya está en el lugar la policía bonaerense. Había sido visto por última vez anoche. Hoy debía declarar en el juicio por el asesinato del militante del PO.

En el día de hoy, 4 de octubre, se realizó una masiva concentración en Plaza de Mayo, exigiendo la aparición con vida de Alfonso Severo. Para mañana, viernes 5, a las 14 hs. fue convocada una manifestación contra la impunidad, de Congreso a Plaza de Mayo. 

El Clío de Alfonso Severo estaba abandonado y con las llaves puestas en una calle de Gerli. 
Tras casi 24 horas de dramática búsqueda, apareció con vida Alfonso Severo. El testigo clave del crimen de Mariano Ferreyra fue encontrado en una remisería de Gerli, hasta la que llegó golpeado y maniatado. El sitio está a pocas cuadras del lugar en el que había sido visto por última vez, el miércoles por la noche. Hoy debía declarar en el juicio por el asesinato del militante del PO.

Severo se presentó en ese local con signos de haber sido golpeado. La aparición del hombre fue comunicada de inmediato a sus familiares. El fiscal Elvio Laborde, a cargo de la investigación, se dirigió con rapidez al lugar, junto a policías del partido de Avellaneda.

El coche de Severo, había sido encontrado este mediodía -con la noticia de su desaparición instalada en los medios- en el pasaje Angaco al 1500 de Gerli, también a pocas cuadras de su casa. El coche, un Renault Clío negro, tenía las llaves puestas y no faltaban elementos de su interior. 
A media tarde, la causa había pasado de la Justicia bonaerense –el fiscal que intervenía era Alejandro Rojas- al Juzgado Federal que tiene el caso de Mariano Ferreyra. Por ese motivo, la investigación quedó a cargo de la Policía Federal, que incluso envió una comitiva de peritos para que trabajen en forma conjunta con sus pares de la Provincia. 

Severo, un empleado de Ferrobaires, reveló en la etapa de instrucción del crimen que la agrupación del sindicato Unión Ferroviaria (UF) de Plaza Constitución guardaba armas en su oficina de esa terminal de trenes. Es más, según confió el abogado de la querella, Ismael Jalil, a Severo ya le habían baleado su casa y recibía amenazas telefónicas por sus declaraciones en este caso.

URGENTE Caso Mariano Ferreyra: ¿Dónde está un TESTIGO?


Alarmante: se desconoce el paradero de un testigo muy importante en el caso Mariano Ferreyra. Debe declarar hoy jueves a mediodía. Sufrió amenazas de la patota.
Una fuerte preocupación acoge a la familia de Alfonso Severo, ferroviario, testigo que debe declarar hoy jueves 4 a mediodía en el juicio que investiga el asesinato de Mariano Ferreyra. Desde anoche se desconoce su paradero.

“Anoche habló con la mamá de mi hijo, que había sido operado, y le dijo que lo iría a visitar y lo mismo le dijo a mi mamá. Eran las diez y media. Nunca llegó a destino y desde las once que llamamos a su celular y da directamente el contestador”, cuenta Gastón, hijo del testigo. Alfonso Severo es un ferroviario, trabajador de Ferrobaires -con sede en Constitución- que fue desalojado de su puesto de trabajo en Mantenimiento por una patota armada en 2009. El acontecimiento fue una de las primeras muestras de la degradación violenta que había copado el ferrocarril. Severo partió de su hogar a bordo de un Renault Clío negro placa HGA-137. “Recorrimos hospitales e hicimos denuncias en las comisarías 4° y 6° de Avellaneda, incluso recorrimos con un patrullero el trayecto hasta la casa de mi hijo para ver si había algún rastro, pero no encontramos nada -continúa Gastón-. A la tarde lo habían llamado al celular y se escuchaba el sonido de la tele y de una radio, según me contó. ‘¿Qué se piensan, que me van a intimidar?’, me dijo “.

El testimonio de Alfonso Severo cobra vital importancia en este tramo del juicio que se desarrolla en Comodoro Py. Este cronista se entrevistó recientemente con Severo para recabar datos sobre los posibles vínculos de la patota de Constitución con Favale y la trama que envuelve el destino de las armas que se usaron en el ataque que costó la vida a Mariano Ferreyra e hirió gravemente a Elsa Rodríguez. El testigo conoce de primera mano los vínculos entre las patotas delictivas de Constitución y la dirección sindical de la Unión Ferroviaria.

Se pudo comprobar que el ministerio de Seguridad, a través de la subsecretaria Cristina Caamaño, ha tomado cartas en el asunto. Alfonso Severo debe presentarse en Comodoro Py a mediodía. En estos momentos no hay rastros de su paradero. Esta nota expresa la profunda preocupación de su familia ante la alarmante circunstancia, que no se puede desvincular de las recientes amenazas que profirió la patota de Pedraza a testigos de esta causa. Diego Rojas